"¿No siente usted cada día más miedo...?"
Esta frase la he oído hace un par de días... en un anuncio de la tele!
Algún listillo publicista la coló en su spot para una empresa que vende sistemas de seguridad, o algo así.
Decididamente, como bien dijo Mafalda,el mundo está enfermo.
Basta ver a esos pobres críos en los asientos traseros de los coches, con sus cinturones de seguridad y la vista fija en las pantallas que sus papás han instalado en la trasera de los reposacabezas. Genial idea. ¡Con un par...!
Y digo yo: ¿donde ha quedado la sana contemplación del paisaje, por no hablar de la comunicación verbal entre padres e hijos...?
Cuando yo era peque y hacía un viaje largo en el coche de mis padres, lo normal era que fuésemos cantando, riendo y contando chistes (no existían sillitas ni cinturones para los niños ni falta que nos hacían, pues entonces nadie había visto nada políticamente incorrecto en que fuésemos bandeándonos de un lado a otro como los sacos de patatas.
Otro ejemplo: la instalación de interné en los taxis madrileños, gilipollez como otra cualquiera (falso, peor son los que se llevan el portátil a la playa, doy fe de que los hay) que, aparte de beneficiar a la empresa propietaria de los monitores, pretende terminar con la cháchara de toda la vida con el profesional del volante. ¡Quién se lo iba a decir a El Fary!
Claro, es una fórmula más para que no pasemos ni un minuto desconectados de esa red global pensada para controlar nuestros gustos y necesidades, nuestro modo de pensar, nuestra manera de sentir en un planeta cada día más vigilado, idiotizado, domesticado e incomunicado (ahí están el feisbú, tuenti, llutuf y otras redes asociales de moda para comprobarlo)
Por cierto, ¿alguno de vosotros se ha parado a pensar qué personajes se ocultan detrás del rey de los buscadores, esa archimillonaria multinacional llamada google?
Bueno, hasta otro día, mi úlcera ya no me permite hablar de las robaoperadoras ni de la famosa gripe A, esa última gran mentira, otra de tantas que los desiempre se inventan para darnos susto...
(Por lo visto, detrás de las declaraciones atemorizantes de la señora directora de la Organización Mundial de la Salud, detrás de las cursis medidas adoptadas por el gobierno de aquí y por los de más allá y detrás del dichoso tamiflú de las narices no hay más que un feo negocio farmacéutico detrás de cuyos hilos estaría nada menos que el amiguete Donald Rumsfeld, ya sabéis, el anterior secretario de defensa del gobierno de los Estados Unidos, el de George W. Bush, y una de las mentes criminales que diseñó la guerra de Irak.
